
CONOCERLO
ES TIEMPO DE
Historia del Chimborazo
Geología y Formación del Estratovolcán
El volcán Chimborazo es un pilar geológico fundamental en los Andes centrales de Ecuador, cuya historia se remonta a millones de años y ha sido moldeado por procesos tectónicos y eruptivos complejos. Su formación se inscribe en el Paleógeno, una era que abarcó desde hace aproximadamente 60 millones de años hasta 2,6 millones de años atrás . Sin embargo, la estructura visible y definida como estratovolcán se construyó a lo largo de múltiples fases eruptivas durante el Pleistoceno tardío y el Holoceno. La composición de sus rocas indica una evolución magmática que oscila entre lavas andesíticas y dacíticas, con contenidos de dióxido de silicio (SiO2) que varían desde el 56,4% hasta el 64,3%, lo que sugiere una naturaleza explosiva y viscosa del magma . Este tipo de magma es característico de las zonas de subducción, donde la corteza oceánica se hunde bajo la continental, generando la fusión parcial del manto y la ascensión de magmas ricos en sílice.
Historia Eruptiva y Monitoreo Volcánico Actual
La historia eruptiva del Chimborazo, aunque larga y potencialmente violenta, presenta períodos de intensa actividad seguidos de extensos intervalos de calma. Su última erupción conocida tuvo lugar durante el siglo V o VI d.C., con una estimación más precisa de alrededor del año 550 d.C., ± 150 años . Esta erupción, junto con otras siete de pequeña magnitud ocurridas durante el Holoceno (el último período geológico), cubrió los flancos norte y este del volcán con depósitos que yacen sobre las morrenas dejadas por el último avance glaciar, lo que demuestra la coexistencia de procesos volcanotectónicos y glaciares en su historia reciente . El intervalo promedio entre estas erupciones es de aproximadamente 1.000 años, lo que, sumado a la falta de registros históricos de actividad reciente, sitúa al Chimborazo en la categoría de "volcán potencialmente activo" . La tasa de construcción volcánica, ya mencionada como baja en el edificio más joven, también apoya esta clasificación, aunque no descarta por completo la posibilidad de futuras erupciones . La monografía de A. Stübel de 1903, publicada en los Anales de la Universidad de Quito, ya destacaba la importancia del origen genético en la clasificación de los volcanes ecuatorianos, reconociendo al Chimborazo como un ejemplo de volcán poligénico formado por erupciones sucesivas . Esta perspectiva ha sido refinada por estudios posteriores, como el de Barba Castillo (2006), quien basó su análisis en observaciones de campo, dataciones radiométricas (40Ar/39Ar y 14C) y análisis geoquímicos para establecer el modelo de los tres edificios volcánicos . Estos estudios confirmaron la naturaleza de estratovolcán compuesto del Chimborazo, caracterizado por capas alternas de lava, ceniza y otros productos piroclásticos. En la actualidad, el Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional (IG-EPN) monitorea de cerca el Chimborazo como parte de su red nacional de vigilancia volcánica . El monitoreo se enfoca en detectar signos de reactivación, utilizando una combinación de técnicas. Se analiza la sismicidad para identificar posibles movimientos de magma bajo la superficie, se mide la deformación del terreno con GPS y teledetección para detectar inflación o cambios en la forma del cono volcánico, y se estudian las aguas termales y fumarolas para evaluar la actividad hidrotermal subsuperficial . Además, el volcán presenta una notable anomalía física: debido a la protuberancia ecuatorial de la Tierra, su cima, la cumbre Whymper, es el punto más alejado del centro del planeta, situado a 6.384,4 kilómetros, lo que lo sitúa por encima incluso del Monte Everest en esta métrica específica . Esta característica geodésica añade un interés científico y cultural único a su perfil. La historia reciente del volcán también incluye eventos relacionados con la actividad de otros volcanes de la región. La ceniza del Tungurahua, ubicado al norte, puede ser transportada por los vientos hacia el oeste, llegando a depositarse sobre el Chimborazo . En estudios realizados en 2015 y 2016, se documentó la llegada de ceniza del Tungurahua a la cordillera occidental del Chimborazo, alterando el albedo (la reflectividad) de la nieve y el hielo, lo que acelera el derretimiento de los glaciares . Este fenómeno ilustra la interconexión de los sistemas volcánicos en la Zona Volcánica Norte de los Andes y cómo la actividad distante puede tener impactos significativos en la dinámica local.
Impacto Histórico, Cultural y Social
El Chimborazo ha trascendido su condición de simple montaña geológica para convertirse en un elemento central de la historia, la cultura y la identidad de Ecuador. Su reputación como la montaña más alta del mundo perduró hasta bien entrado el siglo XIX, una percepción que se consolidó gracias a los viajes y exploraciones de figuras como Alexander von Humboldt, quien lo consideró el pico más alto de la época . Esta fama global se complementó con su estatus sagrado en la cosmovisión indígena. Para el Imperio Inca, el Chimborazo era un huaca, un santuario donde se realizaban rituales importantes como la Capacocha, ceremonias en honor a los dioses que a menudo involucraban sacrificios humanos y animales para asegurar la armonía cósmica . Esta veneración ancestral sigue siendo relevante hoy en día para las comunidades kichwas, quienes ven la montaña como un ser vivo con una energía vital ("sinchi") que debe ser respetado y armonizado . La primera ascensión confirmada a la cumbre Whymper fue un hito monumental en la historia de la exploración. Liderada por el escalador británico Edward Whymper, acompañado por los hermanos Carrel, se logró el 4 de enero de 1880 . Este evento simbolizó el triunfo de la ciencia y el alpinismo europeo sobre la naturaleza imponente y mitológica de los Andes. Posteriormente, el Chimborazo ha sido un imán para alpinistas de elite; Reinhold Messner, uno de los mejores escaladores de la historia, lo conquistó en 1992, añadiendo otra página a su legendaria carrera . El interés de estas figuras, junto con el de líderes como Simón Bolívar, ha contribuido a forjar su imagen como un icono de grandeza y desafío personal . En el plano político y simbólico, el Chimborazo ocupa un lugar de honor. Su prominente perfil se encuentra en el escudo nacional de Ecuador, representando la soberanía y la majestuosidad del territorio ecuatoriano . Sus glaciares, que bajan hasta los 4.600 metros de altitud, son una fuente crucial de agua dulce para las provincias de Chimborazo y Bolívar, alimentando ríos que sostienen a miles de personas y ecosistemas . Tradicionalmente, la extracción de hielo de los glaciares ha sido una actividad económica importante, practicada por los "hieleros del Chimborazo". Baltazar Ushca fue el último de estos hieleros reconocido, cuya tradición consistía en extraer hielo los martes y viernes para venderlo en los mercados de Riobamba, una costumbre que vinculaba directamente a las comunidades locales con los recursos del volcán . Sin embargo, el vínculo entre el Chimborazo y las poblaciones cercanas no siempre ha sido pacífico. La historia del volcán está marcada por la amenaza de riesgos geológicos. El colapso sectorial del edificio basal generó una avalancha de escombros que probablemente aniquiló cualquier asentamiento prehistórico en su camino hacia Riobamba . En tiempos más recientes, el 21 de noviembre de 2015, un nuevo riesgo emergió en forma de lahares (flujos de escombros saturados de agua). Fuertes lluvias, exacerbadas por la ceniza del Tungurahua, provocaron deslizamientos de material glacial y morrenas en el flanco sureste del volcán, específicamente en el valle de Chuquipogyo . Los desechos barrieron la comunidad de Santa Lucía de Chuquipogyo, causando graves daños materiales y sociales . Un segundo evento similar ocurrió en abril de 2016, reforzando la vulnerabilidad de las comunidades ribereñas a estos peligros multifactoriales . Estos incidentes sirven como un recordatorio tangible de que, aunque el Chimborazo sea un volcán dormido, sigue siendo un sistema dinámico y potencialmente destructivo.